'La edad madura' (1902), de Camille Claudel
En 2008, el Ayuntamiento de Nogent adquirió la casa
donde Claudel (Fère-en-Tardenois, Francia, 1864 - Montfavet, 1943) vivió
entre 1876 y 1881, que se encontraba en estado de semiabandono, y decidió
adosarle un nuevo edificio de contornos diáfanos para crear un centro de arte
de 2.500 m2. El nuevo museo concentra 43 piezas firmadas por
Claudel, casi la mitad de su producción conocida, que lo convierten en
depositario de la mayor colección de la escultora en todo el mundo. El primer
contacto de Claudel con el arte se produjo en este preciso lugar. Fue el
escultor Alfred Boucher, que procedía de la región, quien detectó su talento y
la incitó a seguir. Empeñada en dedicarse a una disciplina aún menos feminizada
que la pintura, convenció a sus padres para que se mudaran a París. Allí tuvo
que formarse en una academia privada, ya que la Escuela de Bellas Artes no
admitió a mujeres hasta 1896. Fue Boucher quien le presentó a Rodin, que no tardó en
aceptarla como aprendiz.
La conexión entre ambos no fue solo sentimental, sino
también artística. Su primera escultura conocida, La vieja Hélène, fechada en 1881, dos años antes de su
encuentro con el maestro, ya revela parecidos razonables, como sus tics
expresionistas y el hecho de que la modelo fuera una persona corriente. En una
vitrina contigua, ambos retratan a mujeres en cuclillas, que adoptan posturas
rayanas con el contorsionismo, rompiendo con el neoclasicismo que predominaba
en la época. Como era habitual en su tiempo, sus protagonistas aparecen
desnudas. La diferencia es que ellos no retrataron a diosas grecorromanas, sino
a personas anónimas. Sin coartada mitológica, el escándalo estuvo servido.
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